PARQUE DE CASTELAR
El Parque de Castelar ocupa las huertas de un antiguo convento: el de Santo Domingo. Tras permanecer largo tiempo como espacio abierto de finalidades varias, bajo la denominación de Campo de San Vicente, el lugar fue convertido en la magnífica y hermosa zona verde que hoy conocemos, a principios del presente siglo, según diseño de los jardineros Juan Nogré y José de la Concepción. En su ámbito proliferan airosas palmeras de especia "Whasingtonia", de altísima estipite y toda clase de especies exóticas, así como añosos eucaliptos de gran porte, algunos de los cuales resultaron desafortunadamente talados en fecha reciente, configurando un lugar frondoso de gran atractivo.
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PARQUE DE LA LEGIÓN
El Parque de la Legión, obra del Alcalde Ricardo Carapeto
y el jardinero Antonio Juez, se despliega sobre la otra parte
de la ciudad, ocupando igualmente los espacios exteriores
de las murallas comprendidas entre los baluartes de Santa
María y San Pedro, en otro tiempo inundables por las aguas
del arroyo Rivillas, como complemento de las defensas de la
ciudad. La amplia superficie de esta área ajardinada se encuentra
estructurada en distintos sectores, por el trazado de varias
vías urbanas. En el que se conecta directamente con la Ronda
del Pilar, ocupando por su interior el baluarte de la Trinidad,
frente a la puerta de este nombre, se alza el monumento al
"Héroe Caído", obra de Juan de Ávalos a la que flanquean los
originales en bronce de los Cuatro Evangelistas de la basílica
de Cuelgamuros. Los restantes espacios quedan configurados
como áreas de vegetación y arbolado más frondoso, repletas
de numerosos rincones de singular e inesperado encanto, que
saben aprovechar con la mayor habilidad las condiciones del
terreno.
PASEO DE SAN FRANCISCO
El Paseo de San Francisco, creado a principios del siglo XIX sobre la huerta del antiguo convento de esta Orden, cubriendo más de una hectárea de superficie, se configura como uno de los centros más importantes de la población para la estancia, la relación, o el paseo, constituyendo paso obligado para numerosos vecinos por su céntrica situación en pleno corazón de la ciudad y marco para múltiples actividades del más variado carácter. Cubierto de Palmeras, cinamomos, plátanos de indias y otras especies de gran copa, propicias para dar sombra, cuenta en el centro con un hermoso templete de hierro para la música, y con un variado conjunto de farolas fernandinas datadas en el 1830. Componente de especial significación fueron los bancos y demás elementos de cerámica Sevilla, decorados con motivos alusivos al descubrimiento de América, a partir de las magníficas pinturas originales del artista Antonio Blanco León, colocados en la Exposición Internacional de Sevilla y lamentablemente desaparecidos hace poco mas de una década.
También citar lo que fueron los jardines del Vivero, en la Avenida de Portugal, lugar en el que se celebraron los Juegos Florales en años anteriores y que han llegado a nuestros días en un estado de abandono y destrucción lamentables.
De épocas anteriores tenemos constancia de la existencia de
otras zonas ajardinadas como fueron el Paseo de Mafra, que
ocupaba parte de la carretera de circunvalación y la Avenida
de Joaquín Costa, es decir, entre la muralla y el río Guadiana.
Existió por el año 1535, y el nombre se debe a su fundador
el corregidor Gonzalo de Mafra. Otro fue el del Campo de la
Cruz o Alameda Vieja, situado entre la Puerta de Palmas y
la de Carros. Tenía dos entradas con puertas de hierro, en
las que constaba la inscripción de 1812, fecha que suponemos
que fuera la de su fundación. Se destruyeron en 1867 al construir
la carretera de circunvalación. Estos jardines se unirían
a los anteriores del Paseo de Mafra, sirviendo en épocas de
feria para la instalación de ésta.
Y por último, citar otro de ellos muy frecuentado por la población pacense, llamado el Paseo de Pi y Margall, más conocido por el de “las Viudas”. Comenzaba en el actual Colegio “General Navarro” y edificio de Correos hasta Puerta Palmas, uniéndose a los del Campo de la Cruz. Desaparecieron en 1917 por necesidades urbanísticas. Las nuevas áreas de expansión han dado lugar a nuevos parques y jardines como el Parque de las Américas y el Parque de San Fernando. |