En nuestro recorrido hacia Miajadas llegamos
a Villamesías que la encontramos lindante con la Autovía
N-V y regada por las aguas del río Búrdalo, por cuyo nombre
fue conocida la población hasta el siglo XVII.
De la familia de Alonso Mexías debe su actual
nombre y el edificio civil con aspecto señorial en el que
figura el escudo de armas de los Mexías. Su Iglesia Parroquial
es la de Santo Domingo de Guzmán, construida a partir
del siglo XVI en mampostería y sillería.
Pasamos por la población de Abertura
en cuyo caserío destaca la figura de su Iglesia Parroquial
de San Juan Bautista, edificio del siglo XVI realizado
en mampostería.
Y por la misma carretera llegamos a Campo
Lugar que, como edificio más destacable, tiene a su Iglesia
Parroquial de Ntra. Sra. de los Ángeles de finales
del siglo XV al XVII.
Nos acercamos hasta Miajadas, pujante
población agrícola con restos de un castillo medieval que
tuvo desde el siglo XIII y uno de los edificios religioso
más impresionantes de la zona, la Iglesia Parroquial de Santiago,
iniciada en los siglos XV y XVI y finalizada en el XIX y,
en cuya dirección, trabajó el célebre arquitecto Pedro de
Ybarra.
De estilo barroco es su Iglesia de Ntra.
Sra. de Belén del s. XVIII, iniciada como Ermita y, hoy
día, segunda Parroquia de Miajadas.
Muy cerca a Miajadas y por la carretera Ex-102,
encontramos Escurial, con una bella Plaza en torno
a su Iglesia Parroquial de la Asunción, edificada en
mampostería a partir del s. XVI.
Hacia Zorita y, en la cercana Alcollarín,
podemos conocer un par de edificios históricos-artísticos
interesantes; nos referimos a su Iglesia de Santa Catalina
del s. XVI y a las ruinas del que fuera Palacio de los
Pizarro-Carvajal, del mismo período que la iglesia.
A escasos kilómetros llegaremos a Zorita,
cercana a Guadalupe y a la Sierra del mismo nombre en plena
Ex-102. Su Iglesia Parroquial es la de San Pablo edificada
en el siglo XVI, siendo también interesante la Ermita barroca
de la Fuensanta, del siglo XVIII donde se venera a
la Patrona de Zorita.
A pocos kilómetros de Zorita se encuentra,
en dirección hacia Trujillo, Conquista de la Sierra,
que llegaría a llamarse desde el siglo XVII como Zarza de
Conquista, perteneciente a la familia de los Pizarro de los
que aún quedan los restos en ruina de su Palacio, que sería
lugar de residencia de Hernando Pizarro. Su Iglesia Parroquial
de San Lorenzo está realizada en mampostería en el
s. XVI.
Un poco más al norte llegamos a Herguijuela,
famosa por sus antiguos lagares y por la crianza de buenos
vinos. Han aparecido en su término restos romanos y visigodos.
Fue conocida como Calzada de Herguijuela hasta el siglo XIX
y su Iglesia Parroquial de San Bartolomé es del siglo
XVI y construida en mampostería. Su núcleo guarda también
el conocido Palacio de los Condes donde figura el escudo
de la Casa de Alba.
Un poco más al norte se encuentra Madroñera,
en plena Sierra de Trujillo y que guarda en su interior algunos
edificios históricos-artísticos interesantes, caso de la Casa
de los Santa Cruz, con fachada renacentista y la Plaza
del Rollo, con una picota del s. XVI.
Su Iglesia Parroquial de la Purísima Concepción
es de estilo barroco construida en el siglo XVIII; la Patrona
de Madroñera se encuentra en la Ermita de la Virgen de
Soterraña.
Nos encaminamos hacia Aldeacentenera, conociendo
antes la población de Garciaz en cuyas cercanías se
conocen restos de época romana. Su Iglesia Parroquial de Santiago
Apóstol, del siglo XVI, está declarada Monumento de Interés
Histórico-Artístico desde 1977. Del siglo XVII es la Ermita
de la Caridad, con una interesante talla de la Virgen
con el niño del siglo XV.
La localidad de Aldeacentenera está
bañada, en gran parte, por el río Almonte, debiendo su origen
en época medieval a las cercanías de Trujillo. Su principal
edificio es la Iglesia Parroquial de San Bartolomé,
comenzada su edificación en el s. XVI.
Entre Aldeacentenera y Torrecillas de la Tiesa
se encuentra el poblado prerromano de La Coraja, cuyos
hallazgos podemos contemplar en el Museo Provincial de Cáceres.
Una interesante reproducción de este poblado prerromano se
encuentra en la población de Aldeacentenera.
A poca distancia pasamos por Torrecillas
de la Tiesa, que llegó a ser población perteneciente a
la familia de los Pizarros de Trujillo y que tiene, como edificio
más atractivo, su Iglesia Parroquial de Santa Catalina,
del s. XVI.
Por la Autovía N-V llegamos hasta Jaraicejo,
cercano al Puerto de Miravete y que se conocería en época
árabe con el nombre de "Zaferezejo". Del siglo XV data un
bello puente sobre el río Almonte, reformado en el
s. XVII y desde el cual se divisa otros posteriores realizado,
uno de ellos, a finales del s. XX.
Su Plaza de España es el rincón más
atractivo de la localidad, contando con el Ayuntamiento, edificio
del siglo XVI con bellos soportales de arcos de medio punto
y, sobre todo, su Iglesia Parroquial de la Asunción
del siglo XVI realizada en sillería y mampostería.
Desde la autovía N-V y antes de llegar a Trujillo
nos detendremos en localidad de Aldea de Trujillo,
con una Iglesia Parroquial dedicada a Nuestra Sra. del
Rosario, en estilo barroco y construida en el siglo XVII.
Desde esta localidad se accede al Parque Natural de Monfragüe.
Trujillo, en la época prerromana, fue
conocida como "Turgalium". La "Torgiela árabe", así se conoce
Trujillo, haría que El Edrisi dijera de ella "que es grande
y parece una fortaleza". Sería conquistada por las tropas
cristianas en enero de 1232.
El Descubrimiento de América y la figura del descubridor del Perú, el trujillano Francisco Pizarro, le ha dado un lugar principal en estos hechos históricos.
El Castillo, situado en la zona más
elevada de la ciudad, es de la época califal y en él se encuentra
el Santuario dedicado a la Patrona de Trujillo, la Virgen
de la Victoria. De la zona amurallada y de las puertas
quedan cuatro, la de San Andrés, Santiago, de
El Triunfo y de La Coria.
De sus Iglesias destaca la de Santa María
la Mayor, probablemente edificada sobre el solar ocupado
por una mezquita árabe hasta el s. XIII, la Iglesia de Santiago,
que conserva una imagen del s. XIII, la Virgen de la Coronada
y la del Cristo de las Aguas del s. XVI, en la Iglesia
de San Martín. Carlos V, Felipe II o Felipe V estuvieron
orando en ella.
De los edificios civiles sobresalen el Alcázar
de los Bejaranos, el de los Altamiranos, el de
los Chaves; en este último se hospedaron los Reyes
Católicos cuando visitaron Trujillo en 1477 y 1479, la Casa
de los Orellanas del siglo XVI.
La Plaza Mayor de Trujillo, durante
siglos, ha sido el centro comercial y neurálgico de la ciudad;
en ella podemos admirar la estatua ecuestre de Francisco
Pizarro, obra del escultor norteamericano Carlos Rumsey.
De los palacios de Trujillo sobresalen el
de Los Duques de San Carlos, el del Marquesado de
Piedras Albas, el de Los Marqueses de la Conquista
y el de Juan Pizarro de Orellana.
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