MIÉRCOLES SANTO COFRADÍAS:
-PONTIFICIA HERMANDAD Y COFRADÍA DE PENITENCIA DEL DULCE NOMBRE DE JESÚS, NUESTRO PADRE JESÚS NAZARENO DEL AMPARO, SANTÍSIMO CRISTO DE LA FE Y MARÍA SANTÍSIMA DEL MAYOR DOLOR (Iglesia de Santo Domingo) -COFRADÍA DEL SANTÍSIMO CRISTO DEL DESCENDIMIENTO, MARÍA SANTÍSIMA DE LA PIEDAD Y NUESTRA SEÑORA DE LA ESPERANZA (Iglesia de San Andrés)
3-La Procesión
Es verdad que cada Cofradía es distinta de las demás y tiene sus propias características. La del Descendimiento es, sin duda alguna, una de las más vistosas de la Semana Santa de Badajoz por su magnífica imaginería, por la monumentalidad de los pasos, por sus ricos bordados, por la destacada orfebrería, etc..., que hace que los pacenses sientan una especial admiración por ella. El paso del Descendimiento maravilla a propios y extraños y por su calidad y grandiosidad es difícilmente comparable en la región extremeña; siendo cierto que pasos como éste justifican por sí mismos la fama de una Semana Santa. Algo parecido le pasa a la Virgen de la Esperanza, de excepcional belleza, que desde su imponente paso hace que los pacenses se queden prendados de Ella, siendo la preferida de un importante sector de la población.
La salida de esta Hermandad es una de las más hermosas, pues a la dificultad propia de sacar los pasos, dado el tamaño de éstos, se une al entrañable marco de la Plaza de Cervantes, precioso paseo del S. XIX, que con su sabor romántico recibe repleto de personas a la Cofradía del Descendimiento. Una vez en la calle, la procesión dará una vuelta completa a la plaza, momento que brinda la oportunidad de saborearla con tranquilidad. El paso de la Cofradía por las estrechas calles del centro de la ciudad es sobrecogedor por la dificultad que plantean balcones, rótulos y esquinas, pero de una gran belleza. Ver el paso del Descendimiento a lo lejos, avanzando por ellas lentamente, realmente merece la pena.
El desfile se vio enriquecido en 1995 con la recuperación de los hermanos costaleros para el paso de la Virgen de la Esperanza, que repleto de flores blancas, perfumó las calles pacenses con las suaves mecidas, lo que provocó que el gentío que presenciaba la procesión se convirtiese en un mar de aplausos y emociones; sobre todo, en la puerta del Hospital, donde los costaleros entran literalmente el paso; y en la recogida, en San Andrés, donde entre una nube de saetas y algunas lágrimas ha provocado una autentica apoteosis final a su entrada, momento en que, al igual que en la salida, es interpretado el Himno Nacional. Esta explosión de júbilo se ha rubricado en la Semana Santa de 1996, con la salida a costaleros del paso del Descendimiento, llevado por los miembros de la Asociación de Costaleros de San José, lo que ha supuesto un gran éxito, estando la procesión casi siete horas en la calle, recibiendo el agradecimiento de los pacenses.
En 1995 y 1996, la procesión contó con el acompañamiento musical de la Banda de Cornetas y Tambores de Villar del Rey, que ya lleva varios años haciéndolo de forma meritoria, y con la estupenda Banda Municipal de Oliva de la Frontera.
4-Insignias y atributos
Casi todas las insignias y atributos que posee la Hermandad fueron diseñadas por D. Antonio Flores y datan de los primeros años de su existencia; son las siguientes:
Cruz de Guía: magnífica obra del artesano local, Antonio Rodríguez Guedella. Está realizada en madera, destacando en el centro la talla del escudo de la Cofradía entre rayos, y en sus extremos cuatro medallones con remates barrocos representando los cuatro evangelistas. Se estrenó en 1945.
Heraldos del Cristo: realizados en metal plateado, llevan paños de terciopelo negro con estupendos bordados en oro, sedas y pedrería de las Monjas Adoratrices de Badajoz. En ellos lucen espléndidamente los escudos de la Cofradía bajo corona real entre otros motivos. Fueron estrenados en 1945 y se compraron a la Cofradía Sevillana de la Soledad de San Buenaventura.
Faroles de acompañamiento: obra destacada de la Hermandad; realizados en 1994 por el orfebre sevillano José Manuel Ramos de Rivas; están delicadamente repujados y plateados y han sido regalados por D. Luis Martín.
Senatus: realizado en madera tallada y dorada por la Casa Artes; presenta un gran águila imperial al estilo romano. Vino a sustituir al anterior, estrenado en 1945.
Sine-Labe: realizado en terciopelo negro y bordado en oro y perlas por las Adoratrices, sobre original diseño de Antonio Flores; imita un manuscrito alargado que encabezado por el escudo del Ave María bajo corona real dice: “Regina sine labe originali concepta”. Está enmarcado por un finísimo bordado floral y rematado en su parte inferior por el escudo de la Hermandad.
Estandarte de la Cofradía: es una de las insignias más destacadas; diseñada por Antonio Flores, está bordada en oro, sedas y pedrería sobre terciopelo negro por las Monjas Carmelitas de Badajoz. En él destacan el escudo de la Cofradía y el del Obispo Alcaraz y Alenda en el centro, entre bellos motivos decorativos. El original diseño de los bordados laterales, presenta dos estupendas cenefas bordadas en oro con motivos vegetales y en la parte inferior del mismo luce el escudo de la ciudad.
Libro de Reglas: realizado en metal plateado por Antonio Flores en 1945.
Pendón de la Cofradía: meritoria realización de las Monjas Carmelitas de Badajoz. Está confeccionado en terciopelo verde y lleva el escudo de la Cofradía bordado en oro y sedas.
Guión de la Cofradía: realizado en terciopelo verde con el escudo de la Cofradía. Ha sido hecho por la actual Junta de Gobierno.
Bandera de la Virgen: está hecha en seda verde y lleva la imagen de la Virgen de la Esperanza en el centro, pintada al óleo por Ana Díaz Ramos.
Bandera Concepcionista: insignia estrenada en 1945, realizada en raso azul y blanco y restaurada en 1997.
Bandera Pontificia: estrenada en 1953, presenta los colores pontificios amarillo y blanco. Tal vez esta insignia tenga que ver con el comunicado que el Papa Pío XII envió a la Cofradía en 1947. Restaurada en 1997 por Ana Díaz.
Bocinas de la virgen: regaladas por D. Luis Martín Illescas y estrenadas en 1994. Han sido realizadas, plateadas y repujadas por José Manuel Ramos de Rivas. Vinieron a unirse a otras dos ya existentes; de ellas penden paños y ricos caireles, estando bordados en oro con los escudos de la Hermandad por las Monjas Carmelitas de la capital pacense y por la camarera Ana Díaz.
5-Proyectos
Como es lógico, existen muchos, pero el que más ilusión hacía, que era el de sacar a costaleros el paso del Descendimiento, ya es una realidad.
Se pretenden restaurar las imágenes del Paso del Cristo, proceder al nuevo dorado de sus andas y completar las moldaduras plateadas del Paso de la Virgen.
6-Curiosidades
Además de la que mencionábamos anteriormente sobre el telegrama que el Papa Pío XII remitió a la Cofradía para bendecirla, existen algunas otras, entre las que podemos destacar las siguientes:
Las andas de madera sobre las que se asienta el paso de la Virgen de la Esperanza, fueron regaladas por D. Manuel Casan, Hermano Mayor de la Cofradía del Cristo del Amor de Sevilla, por su amistad con D. Luis, dándose la curiosa circunstancia de que eran de la misma medida que las del paso de la Virgen de la Macarena de la capital hispalense.
Parece ser que, debido a la perfección del Cristo del Descendimiento, una de sus manos y un pie figuran como ejemplos de anatomía en un libro de medicina.
En la Semana Santa de 1947, la Virgen de la Esperanza lucía una joya prestada de gran valor. Se trataba de una diadema de pedrería propiedad de la marquesa de Torres Cabrera y que había pertenecido a la familia real portuguesa de los Braganza. Solía llevar también algunas joyas cedidas por la Condesa de la Oliva.
Sorprende ver que una Virgen bajo la advocación de la Esperanza lleve el color burdeos como predominante del paso y no el verde tradicional; respiraderos, palio y, sobre todo, el mejor manto que posee son de ese color, pero la curiosa explicación es que este manto fue un regalo de la Marquesa citada y hubiese sido una descortesía devolverlo por el color; así se hicieron, igualmente, los respiraderos a juego, estrenándose en ese mismo año.
Desde hace algunos años y durante el tradicional besamanos que se le dedica a Nuestra Señora de la Esperanza, se ha extendido la costumbre de que la persona que lo desea, introduce en el fajín de la Virgen una nota que se supone una petición, súplica o favor, y que está en su poder hasta pasada la Semana Santa, momento en el que tales notas son quemadas por el Hermano Mayor sin desvelar su contenido.
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