JUEVES SANTO COFRADÍAS:
-HERMANDAD Y COFRADÍA DE NUESTRO PADRE JESÚS DE LA HUMILDAD, NUESTRO PADRE JESÚS DEL PRENDIMIENTO Y MARÍA SANTÍSIMA DE LOS DOLORES (Iglesia de la Purísima Concepción) -PONTIFICIA Y REAL HERMANDAD Y COFRADÍA DE NUESTRO PADRE JESÚS DE LA HUMILDAD Y PACIENCIA Y NUESTRA SEÑORA DE LA SOLEDAD (Ermita de la Soledad)
7-Pasos
Paso de Nuestro Padre Jesús de la Humildad y Paciencia
Este Cristo, más conocido con la advocación “De la Paciencia” y, popularmente, como el “Amarrao”, es una talla completa de enorme calidad artística, y comparte la titularidad de la Cofradía con la Virgen de la Soledad, aunque se halla algo ensombrecido por la fama de Ésta. Antiguamente, esta procesión era conocida también con el nombre de “La de los Azotes”, refiriéndose claramente a la iconografía de este Cristo, que podía ir acompañada por algunos sayones. Se trata de una magnífica imagen de autoría desconocida, aunque por su época de realización, que parece situarse en el S. XVI, y por su parecido con algunas obras del gran imaginero Jerónimo Hernández, puede estar muy cerca de su círculo, aunque esto es una opinión personal basada en la observación y sin base documental. Hay que tener en cuenta también que la imagen ha sido sometida a varias restauraciones, teniéndose noticias de dos de ellas, la de 1948 y la de 1992, obra de María del Mar Pajuelo de la Maya.
El Cristo de la Humildad y Paciencia representa a Jesús amarrado a la columna, mientras muestra en su espalda las heridas sangrantes producidas por los azotes. Su rostro sereno, de pómulos levemente amoratados y barba prominente, deja transmitir una cierta angustia expresiva con la boca entreabierta y la mirada perdida, a la vez que la cabeza se vence hacia la derecha y un mechón de su pelo tallado cae sobre su hombro. En su cabeza lleva potencias antiguas de plata sobredorada. El cuerpo, que aparece levemente inclinado hacia delante, deja ver su cuidada anatomía que, junto con el paño de pureza, da una muestra de la calidad de la talla. La pierna izquierda se presenta adelantada y la semiflexión de éstas, junto con la inclinación del cuerpo, confieren a la imagen una gran naturalidad y dinamismo, reforzado por el minucioso trabajo de sus manos.
Viene de antiguo el proyecto para la ampliación de este paso con las figuras de los sayones azotando al Cristo y la realización de nuevas andas, pues, verdaderamente, la calidad de la imagen lo merece. Aunque aún no existe un proyecto concreto actual, sí que han sido realizados varios en otras épocas, como lo demuestra la carta que se conserva en el archivo de la Hermandad del gran imaginero sevillano Antonio Castillo Lastrucci, dispuesto a realizar la obra, y los contactos efectuados con el escultor extremeño Juan de Avalos.
La advocación de la Humildad y Paciencia es la síntesis de toda la cristología medieval y quiere significar la meditación acerca de los sufrimientos de Cristo, al que se ofrece como modelo a imitar.
La imagen va sobre un paso de dimensiones reducidas pero de artística traza, obra del artista local Ramón Salas. Los respiraderos están realizados en madera de nogal tallada al estilo barroco, sobresaliendo los adornos situados en las esquineras del paso y en los remates laterales. En el centro del frontal luce un medallón en talla con una cruz de Nazareno, distribuyéndose los lados en tres tramos rematados por otros tantos medallones que sobresalen del conjunto, en los que van representados símbolos pasionales (flagelos, escalera, tenazas, tres clavos, martillo y la columna); llevando otro en la trasera con un corazón. Sobre el paso destacan los cuatro faroles comprados en Sevilla para la escolta de la Virgen y colocados aquí posteriormente para la iluminación de la imagen. Son de metal plateado y presentan un estupendo trabajo de estípites, cornisas y remates clásicos; siendo obligado mencionar también la decoración del paso en la que se emplean más de cien docenas de claveles y gladiolos rojos, mezcladas con verde natural.
Capataz del Paso: Francisco Javier Peinado Rodríguez.
Costaleros: 15
Paso del Santísimo Cristo Ecce-Homo
Esta imagen es también denominada por la Cofradía como Santísimo
Cristo de la Humillación y “Rey de Burlas”, por representar iconográficamente
el momento en que, coronado de espinas, se burlan de Él. La autoría
y procedencia de la talla es desconocida, atreviéndome a lanzar
una nueva hipótesis sobre ello. Teniendo en cuenta que el Cristo
es lo que normalmente se denomina un “Coronado de Espinas”, vulgo
“Coronao”, y dado que, por la total falta de documentos sobre la
imaginería pacense, no se sabe cómo y cuándo llegó a la hermandad,
es muy posible que esta misma imagen fuese la titular de la “Cofradía
del Coronado de Espinas o Cristo del Rosario”, que aprobada en 1695
tenía su sede en el convento de Santo Domingo. Ésta era una Cofradía
penitencial de gran renombre en la ciudad, desconociéndose el destino
de la mencionada imagen a partir del último tercio del S. XIX, fecha
que parece coincidir con la aparición de un “Coronado” en la ermita
de la Soledad, al que no se hace referencia con anterioridad. Esto,
unido a que no parece probable que hubiese dos imágenes de la misma
advocación en la ciudad, hacen pensar en que la actual y la titular
de aquella Cofradía, sean la misma, viniendo a la ermita, seguramente,
tras la desamortización del citado convento y posterior desaparición
de su Hermandad.
El Ecce-Homo es una imagen del S. XVII de buena factura, destacando en su expresión la inclinación de su cabeza a la izquierda y hacia arriba, que, junto con las suaves formas de su rostro, le dan una sensación de dulzura. Los ojos, que parecen estar pintados en cáscara de huevo, le imprimen un aire diferente, y el trabajo de su cabello y barba, unido a los dientes cuidadosamente tallados, ponen de manifiesto el buen trabajo realizado en la imagen. Sobre su cabeza luce una corona de espinas y potencias de plata repujada. El Cristo aparece con gesto resignado, sentado, maniatado y con una caña entre sus manos, destacando la proporcionada anatomía que muestra en su lacerado cuerpo el sufrimiento padecido.
Las andas y la peana sobre las que se asienta la imagen son de estilo barroco y casi idénticas a las del Cristo de la Paciencia, estando talladas en madera de nogal por Ramón Salas. Lleva en el frontal un medallón con el rostro de Jesucristo y la imagen de la Virgen en la trasera. Los laterales se rematan con símbolos de la pasión (corazón, corona de espinas, flagelos, tres clavos, martillo y tenazas y la escalera y la cruz). Sobre el paso lucen cuatro estupendos faroles que se asientan en cuatro blandones tallados de pequeña altura. Éstos, de caprichosas formas, están hechos en bronce trabajado y son de gran belleza. El paso se adorna con un centenar de docenas de flores de diferentes clases y colores, aunque suelen predominar los claveles blancos. Este exorno floral, colocado demasiado alto a veces, dificulta la visión de la destacada imagen.
Capataz: D. Domingo Montaño Lavado
Costaleros: 12
Paso de Nuestra Señora de la Soledad
En el tercer paso desfila radiante la Santísima Virgen de la Soledad y, ... ¿qué decir de él?, todo el conjunto es una auténtica joya de exquisito gusto artístico. Es, sin duda, el más querido y venerado de la Semana Santa pacense, pues en él va la “Reina y Madre” de Badajoz, La Virgen de la Soledad, que se hace acreedora del respeto, el cariño y la devoción de todo un pueblo.
La maravillosa imagen, única en su estilo de las que desfilan en la Semana Santa española, es una “Madona” italiana tallada en Nápoles entre 1660 y 1664 y de autor anónimo. Está postrada de rodillas, lo que la hace parecer más baja, lleva ropas talladas, aunque va vestida, y las manos entrelazadas en actitud orante. Su piadoso rostro, totalmente diferente al de las demás dolorosas, le imprime un marcado carácter y personalidad, y es que las habrá más bellas, más delicadas, más distinguidas quizás, pero el sentimiento limpio y maternal que atesora e irradia esta imagen no tienen comparación posible.
Hay que señalar que la Virgen fue restaurada en los talleres góticos de Cáceres en 1992, donde han tratado de devolverle su fresco aspecto de antaño, levantando las capas de pintura que habían sido utilizadas en algunas restauraciones poco afortunadas realizadas anteriormente.
La Virgen de la Soledad sale a la calle el Jueves Santo ataviada como una auténtica reina sobre su imponente paso de palio. La cabeza, inclinada hacia la derecha, está enmarcada por un rostrillo de blonda y chantillí que le confieren un encantador sabor antiguo a la representación escénica de la imagen. Sobre ella descansa una finísima toca de malla de oro ricamente bordada en el mismo material, valorada en varios millones de pesetas, que fue regalada por la Cofradía de la Vera Cruz de Jaén en 1949. En su cabeza luce espléndida la diadema de plata, oro y brillantes, realizada por la joyería Castellanos de Badajoz. Esta magnífica joya, regalada por Dña. Paula Pesini, es utilizada únicamente para este desfile y alguna otra ocasión especial. El maraco y representa una filigrana con motivos vegetales que se remata con rayos y estrellas; destacando en el centro dos querubines que orlan los medallones de pedrería. Sobre ellos se disponen otros dos en actitud orante, que coronan la diadema flanqueando la cruz central.
8-Dónde verla
La salida es uno de los momentos culminantes de la Semana Santa pacense, cuando miles de personas se arremolinan para recibir con júbilo y verdadera emoción la puesta en la calle de la venerada Virgen de la Soledad. Contemplar el tronío del paso de la Soledad por las calles estrechas por las que discurre la procesión tras su salida es del todo recomendable, aunque cualquier punto del recorrido estará repleto de personas deseosas de tributar a la “Patrona de Badajoz” el cariño que le profesan. Son lugares de especial belleza el discurrir del desfile por el Paseo de San Francisco y, sobre todo, la “Carrera Oficial” pasando por delante del Hospital Provincial, momento éste de gran emotividad, cuando el paso de la Virgen avanza con gran elegancia y los costaleros se recrean al compás de las marchas procesionales. En estos momentos, cuando el paso de la Virgen es acercado a la Puerta, el silencio esconde el júbilo contenido de los allí presentes, haciéndose dueño del intenso momento. La entrada de los pasos en la ermita vuelve a atraer a gran cantidad de fieles en un momento de gran sabor y recogimiento.
9-Cultos
La Hermandad celebra Misa y Rosario diario, así como Sabatina después
del Rosario del sábado. Novena a Nuestra Señora de la Soledad del
7 al 15 de septiembre, que finaliza con solemnes y multitudinarias
funciones presididas por el Sr. Arzobispo y el solemne Besamanos
a la imagen. Triduo al Santísimo Cristo de la Paciencia en la segunda
semana de Cuaresma y Novena a la Inmaculada del 29 de noviembre
al 7 de diciembre. Además de otras funciones en el mes de mayo,
misas en sufragio por los hermanos fallecidos y charlas y encuentros
con los cofrades antes de Semana Santa.
10-Hábitos de los Nazarenos
Nazarenos de los pasos de Cristo. Alba de tergal blanco con botonadura negra, manguitos negros con botones, escapulario y fajín también negros y capirote del mismo color con una sencilla cruz blanca. Algunos lucen también capas de raso negro con el escudo de la Hermandad bordado. Guantes blancos, zapatos negros y hebillas plateadas.
Nazarenos de la Virgen. Alba de tergal blanco con botonadura negra, cíngulo albinegro, capirote de raso blanco con el escudo de la Virgen bordado y manguitos del mismo color y material. Capa de raso negra con el escudo de la Hermandad bordado, guantes blancos, zapatos negros y hebillas plateadas. Los hermanos llevan la medalla de la Hermandad.
En este apartado hay que citar que, anteriormente, como se comenta en las reseñas de los años 40, existían también hábitos morados y blancos para los nazarenos del Cristo de la Paciencia. << Anterior
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