VIERNES SANTO COFRADÍAS: -COFRADÍA DE LA ENTRADA TRIUNFAL DE CRISTO EN JERUSALÉN (CRISTO REY), SANTÍSIMO CRISTO DE LA PAZ Y NUESTRA SEÑORA DE LA PALMA (Iglesia de San Roque)-PONTIFICIA Y REAL HERMANDAD Y COFRADÍA DE NUESTRO SEÑOR JESUCRISTO YACENTE (SANTO ENTIERRO), NUESTRA SEÑORA DE LAS LÁGRIMAS Y SANTIAGO APÓSTOL (Parroquia de Santa María La Real) -PONTIFICIA Y REAL HERMANDAD Y COFRADÍA DE NUESTRO PADRE JESÚS DE LA HUMILDAD Y PACIENCIA Y NUESTRA SEÑORA DE LA SOLEDAD (Ermita de la Soledad)
3-Pasos
El paso del Santísimo Cristo de la Paz es uno de los más sobrecogedores de toda la Semana Santa de Badajoz; no sólo por la imagen, sino también por la especial forma de llevarlo.
La imagen es una magnífica obra del S. XVI tallada en palosanto que, como comentaba al principio, se hallaba abandonada en los sótanos de la Iglesia de la Concepción y, una vez, recuperada, fue restaurada por Santiago Arolo. El bello rostro, que aún conserva las formas de su época, muestra una profunda expresión de dolor y resignación, acrecentada por una mirada perdida y desgarradora que le da un especial patentismo expresivo. Las limpias líneas de su cara y la impecable talla del cabello y la barba, así como de la corona de espinas, realizada sobre la propia cabeza, hacen de la imagen un magnífico ejemplo de la rica imaginería pacense. La cuidada gubia del cuerpo, en perfecta proporción con la cabeza, y de las manos y pies, le dan un gran porte a la imagen. Coronan su cabeza unas estupendas potencias de plata dorada y pedrería donde se puede leer la palabra “PAX”. La escena muestra el momento en que Cristo, una vez crucificado, es elevado. En la parte superior de la cruz, una cartela de gran tamaño, obra de Juan Manuel Expósito, lleva la leyenda en latín “Jesús Nazarenus Rex Judeorun”; la misma frase va escrita también en hebreo y arameo.
Estamos ante el único paso que, junto con el del Cristo del Prendimiento, es llevado sobre un “trono”, en el que los costaleros van por fuera y portan a la imagen sobre sus hombros en unas sencillas parihuelas o andas de madera revestidas de cuero en la zona de apoyo.
El tosco paso es llevado por veintidós costaleros o porteadores; puestos que se disputan los hermanos, siendo necesario celebrar el “reparto de horquillas” entre los interesados en una reunión previa a la Semana Santa. Este ejemplar fervor de sus costaleros va en consonancia con su comportamiento durante la estación de penitencia, que cubre un enorme trayecto, y donde el paso se convierte en especial protagonista. Así, podemos contemplar el acompasado y escalofriante sonido de las horquillas al chocar contra el suelo, intercalado con el cadencioso arrastrar de sus alpargatas; primero, muy despacio, con el paso cimbreándose, para, al momento, coger el paso corto y ligero que caracteriza la especial forma de portar de la que hace gala esta soberbia procesión. Con todo ello, no es difícil ver cómo algunos costaleros marchan descalzos, ahondando en su fe y endureciendo su penitencia.
El Santísimo Cristo de la Paz va colocado sobre un pronunciado monte de claveles rojo; a sus pies, rosas rojas, y delante, un ramo de flores para una visita obligada a Nuestra Señora de la Soledad. En las esquinas del paso cuatro grandes candelabros de hierro forjado de caprichoso diseño, obra igualmente de Benito Ledesma sobre diseño de Arolo, sostienen los enormes cirios rojos que parecen darle carácter de sacramental a la Cofradía.
4-Dónde verla
Tendremos muchas oportunidades pues es la procesión con el mayor recorrido y la que más tiempo está en la calle. La salida merece la pena, cuando tras los penitentes se ve avanzar hacia la puerta del templo el paso del Cristo; ya en la calle, la gente guarda silencio y la saeta hará su aparición; su paso por el interior del parque de la Trinidad es uno de los mejores momentos para contemplarla, y aunque lleva algunos años sin poder atravesarlos debido al mal estado del suelo, se espera que en breve vuelva a hacerlo; pero donde verdaderamente se siente este desfile es a partir de ahí, donde la afluencia de personas va decreciendo: la subida por las calles de Las Peñas, Concepción y Zapatería, donde vemos avanzar el interminable rosario de cuentas negras encendidas que forman los penitentes con sus cirios, con el paso del Cristo al fondo, son sobrecogedoras. El momento culminante de la Plaza Alta, Arco del Peso y Plaza de San José antecede a la bajada por San Pedro de Alcántara para desembocar en otro punto importante, el de la entrega del ramo de flores a la patrona de Badajoz en la Plaza de la Soledad. En el año 1995 amplían su recorrido llegando hasta la Puerta de Palmas, punto casi opuesto al de su salida, y en la Semana Santa de 1996 suben por la angosta calle El Brocense hasta la monumental torre árabe del Alpéndiz. Desde aquí, seguirán en el casco antiguo llegando hasta la Plaza de España para, poco a poco, volver al barrio sanroqueño. Ver la procesión en cualquiera de estas calles estrechas y esquinas escondidas, donde el silencio es total y se puede sentir la carga de los costaleros y hasta el dolor de los fatigados penitentes, brinda un momento incomparable para disfrutar de esta manifestación de fe en su sentido más puro. << Anterior
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