VIERNES SANTO COFRADÍAS:
-COFRADÍA DE LA ENTRADA TRIUNFAL DE CRISTO EN JERUSALÉN (CRISTO REY), SANTÍSIMO CRISTO DE LA PAZ Y NUESTRA SEÑORA DE LA PALMA (Iglesia de San Roque) -PONTIFICIA Y REAL HERMANDAD Y COFRADÍA DE NUESTRO SEÑOR JESUCRISTO YACENTE (SANTO ENTIERRO), NUESTRA SEÑORA DE LAS LÁGRIMAS Y SANTIAGO APÓSTOL (Parroquia de Santa María La Real) -PONTIFICIA Y REAL HERMANDAD Y COFRADÍA DE NUESTRO PADRE JESÚS DE LA HUMILDAD Y PACIENCIA Y NUESTRA SEÑORA DE LA SOLEDAD (Ermita de la Soledad)
3-La Procesión
El Santo Entierro es un desfile de gran solemnidad, lo que unido
a sus destacados valores históricos y artísticos hacen de él, por
excelencia, uno de los preferidos de los pacenses.
Este carácter solemne y distinguido del cortejo se mezcla con el sentimiento grave y trágico, emanado de la presentación plástica de la muerte de Cristo, acompañado por una Dolorosa que, lívida y yerta, camina tras Él. Este cúmulo de sensaciones se ve favorecido por el acompañamiento tradicional del desfile: Autoridades oficiales, representantes de las demás cofradías de Penitencia de la ciudad, que acuden, como antiguamente, con sus estandartes e insignias, y la tradicional presencia militar, que aporta aún más severidad al momento álgido de la pasión. Las marchas procesionales sacras hacen que el oído participe también en este momento, fundiéndose con los demás sentidos para provocar en las personas que lo contemplan una respuesta callada y tremendamente fervorosa y recogida.
La procesión con el tortuoso, pero emocionante, momento de la salida de los pasos por la empinada escalinata de Santa María la Real o San Agustín, como es más conocida esta iglesia, donde, curiosamente, el paso de la Virgen ha de usar piezas telescópicas en las patas y varales de palio para poder salir por la puerta. En estos instantes tensos la solemne música que interpreta una marcha fúnebre recibe a las imágenes, mientras los ejemplares costaleros se afanan en la complicada tarea de descender con la sagrada carga sobre su maltrecha cerviz.
Desde la Plaza de San Agustín discurrirá la procesión por calles estrechas del casco antiguo, que, llenas de encanto, brindan un marco de especial sabor pacense, para desembocar más tarde en el Paseo de San Francisco; lugar que congrega a multitud de fieles y que permite ver mejor la imagen de Jesús Yacente desde su escalinata. Desde aquí entra en lo que se viene a llamar “Carrera Oficial” y pasa por delante del Hospital Provincial de San Sebastián, momento especialmente emotivo, donde con enorme respeto y cariño se le tributa un recuerdo a aquellos que sufren.
Seguidamente, la procesión iniciará su regreso por la Calle Mayor o Avda. Juan Carlos I, para, volviendo a transitar por calles estrechas y pasando ante la Ermita de la Soledad, llegar a su plaza y protagonizar uno de los momentos más hermosos de la Semana Santa pacense. En este instante, y ya a las puertas de su iglesia, el paso del Cristo Yacente se girará para recibir a su Santísima Madre, que en este agónico Viernes Santo, y para no ser menos que Él, viene muerta de dolor, con el único rayo de vida de las lágrimas de su mejilla que marcan su singular advocación. Ambos pasos se funden en un abrazo final, protagonizado por sus costaleros, pues, pasito a pasito, con una mecida delicada y suave, unen los dos pasos. Lo que sucede ahora pone los pelos de punta al más calmado, pues, para subir la escalinata y penetrar en el templo, se han de poner los pasos casi verticales, con un enorme esfuerzo final de los cargadores, que en una emocionante maniobra no carente de riesgo, consiguen enfervorizar a la gran cantidad de personas allí congregadas.
4-Insignias y atributos
En esta procesión desfila una representación de todas las Cofradías pacenses con alguna de sus insignias y atributos, lo que, junto con el variado colorido de los hábitos de los nazarenos, le da una gran belleza al desfile.
La Pontificia y Real Hermandad y Cofradía de Nuestro Señor Jesucristo Yacente (Santo Entierro), Nuestra Señora de las Lágrimas y Santiago Apóstol, únicamente posee dos insignias, ambas muy representativas, recordando que a las propias de las demás Cofradías que intervienen, había que sumar antiguamente el Pendón de la ciudad, marcando la oficialidad de este desfile.
Sus insignias son:
- Cruz de Guía. Sencilla cruz de toalla realizada en madera en su color, de gran tamaño, y rematada por una réplica de la Sábana Santa, que el sacerdote e historiador D. Teodoro López compró en Turín y regaló a esta Hermandad.
- Estandarte o Pendón de la Cofradía. Magnífico trabajo de bordado en oro realizado por las Monjas Adoratrices de Badajoz y estrenado en 1957. Esta realización, de exquisito gusto, presenta un original diseño de fantasía floral que enmarca el bordado en rojo de una gran Cruz de Santiago, escudo de la Cofradía desde sus orígenes. En el centro de la cruz van representados en oro la corona de espinas y las siglas del Ave María. Remata el estandarte la leyenda “ HERMANDAD DEL SANTO ENTIERRO –BADAJOZ-”, que presentan el mismo trabajo que el resto.
5-Proyectos
A pesar de que esta Cofradía no dispones de grandes medios económicos, sí que tiene importantes pretensiones para incrementar su patrimonio artístico. Así, se está trabajando en la realización de un nuevo palio, cuyo trabajo de diseño y bordado está siendo llevado a cabo en el taller de los destacados artistas locales D. Juan Peña Maldonado y su mujer Dña. Carmen Luengo Flores, que, a su vez, son también colaboradores de la Hermandad. Existe igualmente la voluntad de sustituir los antiguos varales por otros nuevos más ornamentados; se están restaurando actualmente los faroles de cola, en un taller orfebre de Córdoba; se pretende mejorar el paso del Cristo, sustituyendo los floreros de las esquinas por unos faroles de calidad y encargar un juego de “heraldos” con sus correspondientes paños bordados; se está trabajando en la realización de la “Bandera Pontificia” y, por último, se quiere sustituir la candelería del paso de la Virgen.
En el capítulo l de la composición de la procesión, se pretende recuperar el tradicional acompañamiento de los “Maceros” de la ciudad y del “Pendón” municipal, como muestra del carácter oficial de este desfile.
6-Curiosidades
En una Cofradía con varios siglos de historia han debido ocurrir
un buen número de curiosidades, que, lamentablemente, se han perdido,
al igual que la mayoría de los archivos de la Hermandad. No obstante,
podemos citar algunas:
-En primer lugar, llama la atención el sagrario que el Cristo Yacente tiene en su pecho y que, una vez cerrado, pasa casi inadvertido al servir su pecho tallado como puerta del mismo.
-Siguiendo con la imaginería de la Cofradía y atendiendo a las fotografías antiguas, resulta sorprendente ver dentro de la urna al Crucificado articulado, en sustitución del Yacente, que ya debían poseer; aunque esto sería la continuación de la “Función del Descendimiento” que celebraba la Hermandad.
-La Virgen de las Lágrimas, al igual que las demás imágenes de la Cofradía, está rodeada de misterio y hasta de cierto oscurantismo, contándose alguna leyenda de cómo fue escondida en los muros de la iglesia para no ser destruida en las guerras o manteniéndose que fue “Patrona” de Badajoz por algún tiempo; hecho que no tiene ningún fundamento histórico.
-Como nota curiosa del desfile, podemos citar que la Guardia Civil a caballo que abría la procesión, enfundaba los sables al llegar a la Plaza de España y no transitaba por la calle San Juan, al ser ésta peatonal; dirigiéndose por Donoso Cortés y Bravo Murillo a la calle Arias Montano, donde retomaba su puesto en el cortejo.
Parece ser que en el S. XVIII, al descender la imagen del Crucificado, Éste se colocaba en los brazos de la Virgen de las Lágrimas, antes de ser introducido en la urna para la procesión. Curiosamente, se cita el colchón bordado sobre el que se apoyaba la imagen, y que había costado 41 reales y 24 maravedíes. Tras Él caminaba la Virgen “Con su vestido grande y el pabellón (dosel) bordado”. Acompañaban a los pasos los cofrades de Santiago y los devotos de Nuestra Señora de las Lágrimas. Sobre su recorrido en aquella época, se da esta maravillosa reseña histórica “La procesión sube la calle de los Zapateros y pasa ante las casonas de la Plaza del Concejo (Alta), cuyas ventanas, huecos y vistas se han reservado para estos casos los hidalgos e infanzones, trasmitiéndolos de padres a hijos, y atraviesa el arco berverisco de la ciudadela y desemboca en la vía de su ermita, la del Santo Santiago. Ya se divisa allá la cuadrada plazoleta; frontero a la ermita del destartalado edificio del presidio. Allí está la guardia con sus terciados arcabuces en rendición de honores. Por entre los barrotes de las ventanas asoman las caras tristes de los encarcelados. Tristes, aunque esperanzados, pues se han detenido sus ojos en la también triste y alentadora cara de Nuestra Señora. Suenan las chirimías; los rezos son más vivos y opacos; se aproximan la imagen a su ermita”. La descripción es del Viernes Santo de 1798.
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