LAS FIESTAS Y PROCESIONES
Las fiestas
 En
la ermita se han celebrado como fiestas propias de los cofrades
las siguientes: La Fiesta anual de la Soledad, precedida por la
novena a fin del mes de septiembre, con sermón y misa cantada por
el capellán y música de la catedral de la ciudad, como algo establecido
en las Constituciones de 1664, pero desde el 1805 se traslada al
último domingo de agosto. En el 1902 a causa del calor se traslada
al último domingo de octubre, comenzando el día 17, pasando posteriormente
a los días 2 de octubre al 11 para terminar con la función religiosa
del 12 del mismo mes. La Junta en reunión de 26 de mayo de 1989
aprueba pasar la novena al mes de septiembre, coincidiendo su terminación
con la festividad litúrgica de los Dolores Gloriosos de María el
día 15, a iniciativa del Sr. Obispo; otra fiesta es la conmemoración
anual del traslado de la Imagen a su ermita, que al ser potestativa
en las Constituciones no perduró en el tiempo. Además otras fiestas
menores eran tanto del canto del Miserere y sermón los viernes de
Cuaresma por la tarde, como el día de las honras de los cofrades
pasada la fiesta de Todos los Santos.
Aumentando los novenarios a las diferentes efigies que se hallan en la ermita a los que asisten gran número de fieles, se establece en el 1805 el siguiente calendario: el Cristo de la Paciencia (el 2º domingo de cuaresma), Ntra. Sra. Del Carmen (8 de julio), S. José (11 de marzo), Ntra. Sra. Del Pilar (4 de octubre), Ánimas Benditas (el 25 de octubre). Con la reforma litúrgica del Concilio Vaticano II se reducen al triduo de la Paciencia, novena a la Inmaculada y mes de mayo.
En los actos devocionales de cada día se imponen el rezo el santo rosario, terminando los sábados con el canto de la Salve. En 1771 consta la obligación de sacar en procesión todas las noches del año el Rosario por las calles, de tal manera que no deja de suprimirse a no ser por causa del mal tiempo; ya que es la primera iglesia con tal práctica religiosa.
Además de los dos capellanes que dirigen cotidianamente el culto, y durante algún tiempo por el cura vicario, las fundaciones de obras pías con cargas de misas hacen que se multipliquen éstas en los domingos y fiestas desde el alba hasta el mediodía. Con la desamortización eclesiástica se redujeron notablemente.
Procesiones
“La imagen de Nuestra Señora de la Soledad no ha de salir de su Santa Casa en público sino fuere con licencia de los Sres. Obispos, pareciéndoseles ser grave la necesidad en que haya de salir en público la dicha Santa Imagen...” (art. 7)
En el Libro Manuscrito de Noticias de D. Leonardo Hernández Tolosa, del s.XVIII, son muy frecuentes las referencias a las rogativas públicas con la Virgen de la Soledad para impetrar por su intercesión la lluvia deseada.
Si bien esta norma fundacional no se perdió, la devoción popular se complementa con la procesión de penitencia según recoge el informe realizado en 1771 por orden el Conde de Aranda en estos términos: “Así mismo esta dicha cofradía tiene obligación de sacar en procesión todos los días de Jueves Santo de cada un año al Señor de la Paciencia amarrado a la columna con su Santísima Madre María Santísima de la Soledad, que es el paso lastimoso de cuando el Señor fue azotado en su pasión Santísima”.
Pero fue la Junta de Gobierno, presidida por D. Félix Lopo, el 10 de abril de 1870, quien pide al Gobernador General del Obispado, D. Vicente de Torres Moreno autorización para que la Virgen de la Soledad salga también en procesión el Viernes Santo, a pesar de que mantenga la tradición inmemorial de la salida del día anterior. (Archivo diocesano de Badajoz, Iglesias, ermitas y cofradías, legajo 12/219/h)
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La Ermita y Templo
