ALCAZABA
La Alcazaba musulmana se levanta sobre un cabezo llamado de la “Muela”,
a 60 metros sobre el nivel del mar. Al norte está rodeada por el
Guadiana, antes más próximo, al no existir la carretera de circunvalación,
y al este el arroyo Rivillas que confluye con aquél bajo el ángulo
noreste. En ambos frentes existen fuertes pendientes en el terreno
que aumentan el carácter defensivo de la Alcazaba, lo cual se refuerza
con los fosos naturales que representan los ríos. La alcazaba también
ocupa un lugar estratégico, ya que controla el paso natural de la
meseta castellana y Lisboa.
La ocupación humana del “Cerro de la Muela” se remonta, a época prehistórica, y continúa prácticamente sin interrupción hasta nuestros días. Sin embargo, no podemos hablar de ciudad hasta la fundación musulmana del siglo IX.
La fundación de una ciudad implicaba una serie de condiciones que Badajoz reunía cumplidamente: proximidad del agua, buenos pastos y tierras de labor próximas, bosques para poder obtener madera para la construcción y el fuego, y fácil protección representada por un cerro.
Por otro lado, no es frecuente en la España musulmana la fundación de ciudades en lugares totalmente deshabitados, aprovechándose la existencia de un núcleo de población anterior, como ocurrió en Badajoz. Ahora bien, como ya hemos mencionado anteriormente, no podemos pensar en la existencia de una ciudad con anterioridad a la fundación de Ibn Marwan, sino en un núcleo de población pequeño, una aldea o alquería. La primera noticia que tenemos del término Batalyaws, nombre por el que era conocido Badajoz en época musulmana, se remonta al año 828 con relación a una de las múltiples rebeliones de la ciudad de Mérida, fecha en que algunos rebeldes huyen a nuestra ciudad.
En la España musulmana el término ciudad implicaba la existencia de la madina o medina, lo cual suponía contar con una muralla protectora y una mezquita mayor. También era usual la presencia de baños públicos, zocos o mercados, y arrabales o barrios tanto intramuros como extramuros. Estos requisitos sólo se cumplen en Badajoz con la fundación de Ibn Marwan, en el año 875.
La ciudad de Badajoz fue fundada por Abd al – Rahman Ibn Marwan, llamado Ibn al – Chilliqi (“el hijo del Gallego”), en el año 875, reinando el emir cordobés Muhammad I. Ibn Marwan fue el jefe de los muladíes de occidente con residencia en Mérida, y encabezó varias rebeliones contra el emir cordobés. En una de estas ocasiones Ibn Marwan fue vencido por Muhammad I, quien le perdonó la vida pero no le dejó volver a Mérida, y a cambio le permitió fundar una nueva ciudad. Esto supondría a la larga el debilitamiento de la ciudad de Mérida, y con él la desaparición progresiva de uno de los focos de resistencia más fuerte de la España musulmana.
Ibn Marwan solicitó al emir Muhammad I construir la ciudad en el
llamado “Baxarnal” o “Cerro de San Cristóbal”; sin embargo, se le
autorizó asentarse en el “Cerro de las Muelas”, en la margen izquierda
del río Guadiana. Tal vez Muhammad I temió la posibilidad de nuevas
rebeliones de Ibn Marwan, como efectivamente ocurrió, y la mayor
dificultad que supondría someter una fortificación situada en la
margen derecha del Guadiana.
Desde la fundación de Ibn Marwan, Badajoz adoptará un marcado carácter de plaza fuerte que mantendrá prácticamente hasta nuestros días. Esto es debido a su situación estratégica en el cruce de dos corrientes de comunicación, una de la meseta con Lisboa, y otra de Castilla con Andalucía; a lo que hay que sumarle la posterior constitución de frontera con Portugal. Este carácter militar, junto a causas políticas y económicas, ha provocado el constante deterioro que presenciamos en la actualidad.
El recinto amurallado de la alcazaba procede en su mayor parte de época Almohade, aunque subsisten restos de períodos anteriores y testigos de restauraciones posteriores a dicha época. Durante la ocupación musulmana de la ciudad, además de la muralla de argamasa levantada por Ibn Marwan, conocemos a través de textos literarios y estudios arqueológicos una serie de restauraciones y ampliaciones. La primera restauración fue llevada a cabo con tapial por Abd Allah Ibn Muhammad Ibn Abd al – Rahmann, nieto de Ibn Marwan, en el año 913. El primer rey de la dinastía “Aftásida”, Ibn Aftas, le reconstruye en el año 1030. Poco después de 1169, en el reinado del califa almohade Abu Yacub Yusuf, que tenía su sede en Sevilla, se levanta la alcazaba que hoy conocemos y que procede en su mayor parte de estas fechas. Abu Yacub Yusuf convirtió la plaza de Badajoz en una de las más importantes de la Península por el papel defensivo estratégico que representaba. La última restauración conocida de época musulmana la realiza el gobernador de la ciudad Abu Yahya Ibn Abi Sinan en los primeros años del siglo XIII, pocos años antes de la conquista de la ciudad por el rey leonés Alfonso IX. Siguiente>> |